Nací en domingo de febrero
en el año del pie mortal en la luna
desde entonces vengo pariéndome y me asomo
a la cima de los años que recuento
en un solo parpadeo de Dios
cuando lloré de desilusión por vez tercera
hacía momentos llenos de tiempo
que Dios definía mis rasgos
y tuvo que aceptar los surcos
que no contempló en mi maqueta
y cuando mi muerte haya ocurrido
en el destiempo que sólo Dios entiende
con un leve espasmo de estornudo
moverá las nubes sin saber
del polvo que le entró a la nariz