Hirvió la pena frente a la taza
a solas y en silencio las dos
un café amargo esperaba en el fondo
una mano dudosa las acercó
desató un primer sorbo el llanto
quemó al instante labio y corazón
rodó la lágrima que el ojo no contuvo
hacia un gran ojo de pupila marrón
luego una réplica del movimiento
y un segundo sorbo y un tercero
de oscuro tiñendo el aliento
la entraña la saliva y la razón
se disolvió en la taza
la pena precipitada y así fue
que un día tomé lágrimas
tomé lágrimas y lloré café
Me encanta la poesia honesta y este poema refleja la corrosion, la tristeza y tu angustia de una forma muy sencilla, como debe ser, por que cuando no hay tinta para cuentos ni lagrimas para mas llanto, esta la dulce poesia. Un abrazo para ti Gala.
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