Lejos de todo
nada me salva;
ni el obligado deber
de mi vida cotidiana
ni la idea de que vendrás
ni toda la poca fe
ni el acto valiente
de levantarme y partir
lejos de todo
todo me duele
desde la quietud de la casa
hasta toda la blanca risa
desde mi propia miseria
hasta el pobre
dolor del mundo
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