Escribí con pólvora la carta
cargada de intención
palpitante
como extensión de mis venas
honesta
como una hoja en otoño
que no puede más en la rama
direccionada como misil
apunté en el blanco
que era negro
y apreté el botón
que la haría explotar en tus manos
cerré al hacerlo los ojos
y detuve el día y concedí
un minuto de silencio
por los damnificados del verbo
por las víctimas de este afán
por los valientes que fuimos
por los inocentes de siempre
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